¿Creías que el regreso al cole o al trabajo sólo afectaba a los miembros humanos de la familia? Pues para las mascotas también es un período triste y confuso. Tras un verano en el que les hemos dedicado más tiempo, las nuevas rutinas y ausencias les generan aflicción. Por eso vamos a ver cómo abordar la vuelta al cole del perro.

Para nuestra mascota, una de las causas de la depresión postvacacional son nuestras horas de ausencia. Ellas no entienden de calendarios, ni que tengamos que regresar al trabajo o a la escuela. Sencillamente creen que su compañero de juegos se ha ido, sobre todo si hay niños en casa.

Esta vuelta al cole del perro, que pasa muchas horas solo, puede provocar ansiedad (que ya tratamos aquí). Para paliar sus síntomas y los problemas de conducta en los que puede derivar –aullidos, comportamiento destructivo,…- sigue estos consejos.

  • Aunque pases poco tiempo con el perro, procura que éste sea de calidad.
  • Por muy ocupado/a que estés, busca todos los días un rato para jugar con el animal. Puedes acariciarlo, darle un juguete especial,…
  • Saca al perro a pasear antes de ir al colegio/ trabajo, poniendo el despertador un poco antes. Si no es posible, hazlo nada más regresar.
  • Cuando te vayas por la mañana, evita que tu mascota se aburra o estrese. Para ello, puedes esconder alguna golosina en una caja o juguete, para que la busque.
  • También puedes facilitar la vuelta al cole del perro dándole una prenda que conserve tu olor.
  • Algunos perros están más tranquilos si dejas la radio o la tele encendida.
  • Si la jornada es muy larga, una buena opción puede ser contratar un cuidador, para que le dé un paseo.
  • Planifica una actividad especial una vez por semana, como una excursión.

Cuidados específicos

Como sucede con los adultos y, sobre todo, con los niños, la vuelta al cole del perro debe ser gradual. No podemos pretender que nuestro amigo se habitúe de un día para otro a los nuevos horarios, rutinas,… Y al tiempo que pasa solo. Es mejor introducir los cambios de forma paulatina, como la nueva hora del paseo.

También le ayudará encarar la nueva etapa con mejor salud. Después de las vacaciones, lleva tu mascota al veterinario para que le haga un chequeo. En función de dónde hayáis estado y de las actividades realizadas, puede que necesite alguna prueba concreta.

Asimismo, en verano proliferan las garrapatas, las pulgas y los mosquitos –como el transmisor de la Leishmaniosis-. Aunque ya hayas inspeccionado a tu amigo, pide al veterinario que compruebe que no tiene picaduras.

Por otro lado, las salidas a la playa, al pueblo o al campo ensucian el pelo y la piel del perro. Es preciso darle un buen baño y desenredar su pelo, terminando la sesión con una loción antiparasitaria. Revisa también los ojos, los oídos, las uñas y las almohadillas.

Si su piel está deshidratada por las exposiciones al sol y al aire libre en verano, tendrás que usar un champú especial. También puedes llevarlo a una peluquería canina, para que le corten el pelo. Será más sencillo comprobar si su piel está sana y aplicarle los tratamientos.