¿Sabes cómo hablar al perro para que te obedezca? ¿Estás seguro de que entiende lo que le dices? Los que vivimos con uno pensamos que sí. Cuando le damos una orden o le reñimos, parece que sabe lo que le estamos diciendo. Pero, ¿esto es así realmente?

Según un estudio de la Universidad Eotvos Lorand de Budapest, el cerebro de los perros está dividido en dos hemisferios. Cada área está especializada en distintos aspectos de la comunicación. Los perros registran las palabras con el hemisferio izquierdo y la entonación con el derecho.

Esto significa que procesan lo que les decimos y también cómo lo decimos. Y que los mecanismos neuronales para procesar palabras no son exclusivamente humanos.

La investigación, publicada en 2016 en la revista Science, va más allá. Comprobó que los perros sólo detectan que se les está elogiando si coinciden las palabras y el tono. Las palabras sin sentido en tono alentador, o las palabras significativas en tono neutro, no activan el circuito de recompensa.

Modular la voz

De estas conclusiones podemos extraer algunas pautas útiles sobre cómo hablar al perro. Cuando le damos una orden y no la acata, no es porque sea desobediente o no sepa hacerlo. Quizás es porque hay una discordancia entre las palabras y el tono que empleamos con él.

Otra cuestión a tener en cuenta es que la entonación condiciona la conducta de nuestro compañero. Si empleamos un tono exigente, el perro puede sentir miedo y desconfianza, mostrándose siempre alerta. En cambio, un tono ñoño e infantil puede convertir a nuestro amigo en un ser débil y egocéntrico.

Utilizar varias entonaciones para la misma orden también confunde al animal. A veces empezamos con un tono agudo y amistoso que deriva a uno más grave y amenazante, si no obedece.

Es importante ajustar la modulación de la voz. Tenemos que aprender a variar el tono según el mensaje específico que deseemos transmitir. Si aprendemos a usar la voz correctamente, seremos más efectivos y controlaremos el comportamiento del perro.

Cómo hablar a un cachorro

¿Y qué sucede los cachorros? Éstos son más sensibles a nuestro tono de voz que a las palabras concretas que usamos para comunicarnos con ellos. Por lo tanto, tenemos que ser más conscientes del mismo.

En esta etapa inicial de su vida, asocia los tonos elevados con el juego y los graves, con la autoridad. El motivo es que le recuerdan la convivencia con sus hermanos y con su madre, respectivamente.

Sabiendo esto, podemos emplear una entonación aguda para elogiarlo, animarlo y para las órdenes activas (“ven”, “trae”, “vamos”…). Y los graves, para enfatizar nuestro liderazgo, disciplinarle y los comandos estáticos (“quieto”, “siéntate”, “túmbate”…).

Por supuesto, debemos mantener un tono de voz tranquilo y no chillar ni gritar al perro.

Una vez que sabemos cómo hablar al perro, somos nosotros los que tenemos que hacer un esfuerzo por entenderle a él. Los perros también usan el cuerpo y la entonación (del ladrido) para transmitir sus estados emocionales.

Si aprendemos a observarlo, mejoraremos la comunicación y la convivencia en el hogar.