Nuestros amigos de cuatro patas enferman y necesitan cuidados y atenciones. Pero a veces nos percatamos demasiado tarde, cuando llevan tiempo pasándolo mal. Por eso vamos a dar algunas nociones básicas para detectar enfermedades en los perros.

Algunas dolencias tienen síntomas claros, como vómitos, cojera,… Pero existen otras enfermedades que no presentan ninguno. No obstante, cuando llevamos un tiempo con nuestro perro, sabemos si algo no marcha bien.

Dolor fuerte

Lo primero que puede darnos una pista es un cambio de comportamiento. Por ejemplo, se muestra intranquilo, no quiere salir a pasear, se despierta por la noche. También puede buscar sitios extraños para descansar.

Si no hay una causa ‘externa’ a este cambio de hábitos –la llegada de un bebé, visitas de extraños, obras en casa…-, es posible que nuestro amigo sufra dolor.

Puede tratarse de un simple dolor de cabeza. Sin embargo, es preciso visitar al veterinario si la situación se prolonga más de 24 horas.

Cuando nuestra mascota experimenta un dolor intenso, nos damos cuenta enseguida. Comienza a respirar más rápido, sufre escalofríos, tiene la mirada un poco perdida y las pupilas dilatadas,…

Si tiene dolor muscular o articular, puede adoptar una postura extraña y poco habitual. Además, le costará moverse. Y en caso de sufrir un cólico, por ejemplo, gemirá.

Por otra parte al sentir dolor, nuestro amigo puede ponerse de mal humor –como nos sucede a nosotros-. Tenemos que tener cuidado, porque puede manifestar alguna reacción agresiva.

Falta de apetito

Otro síntoma a la hora de detectar enfermedades en los perros es la falta de apetito. Como no se encuentra bien, notaremos a nuestro amigo apático, sin ganas de moverse ni de comer.

Este indicio es muy significativo, ya que los perros tienen hambre durante todo el día. Si empieza a dejar comida y no vacía el plato, llévalo a su veterinario habitual.

¿No estás seguro? Entonces prueba con su golosina favorita, para comprobar si la rechaza. Por su puesto, si presenta vómitos y/o diarrea más de un día, acude también a la consulta.

Por el lado contrario, puede que beba mucha agua, aunque no haya hecho ejercicio ni haga calor. Aquí podemos estar ante un caso de diabetes.

Respecto a la apatía, también nos permite detectar enfermedades en los perros. ¿Tu amigo no tiene ganas de jugar y pasa mucho tiempo durmiendo? Puede tener depresión canina. Y si se mueve de forma más torpe de lo habitual, el problema puede estar en la vista.

Revisión rutinaria

Con nuestras mascotas ocurre lo mismo que con los demás miembros de la familia. La convivencia nos permite saber si se encuentra bien o presenta un aspecto o conducta poco habitual.

No obstante, en ocasiones la cosa se complica. Los perros son capaces de ocultar sus síntomas para no ser apartados de su grupo social. Para ayudarnos a detectar enfermedades en los perros, podemos recurrir a unos pequeños trucos.

Por ejemplo, apuntar cuántas veces al día hace sus necesidades. Así podremos reconocer los cambios y cuándo presenta síntomas de estar enfermo.

Asimismo, es importante realizar revisiones rutinarias de los oídos, los ojos, la boca y los dientes, para detectar anomalías. La hora del baño puede ser un buen momento. También debemos observar el aspecto de sus excrementos y la presencia de parásitos en ellos y alrededor del ano.

En cualquier caso, nunca viene mal que el veterinario intervenga ante la mínima sospecha.