¿Le has cogido cariño al gato que ronda por tu jardín o por el aparcamiento, y quieres acogerlo? ¡Felicidades! Adoptar un gato callejero es una decisión que conlleva una gran responsabilidad. Pero también beneficios para ambos.

Los gatos son unos supervivientes natos. Pero el cariño y las atenciones que recibirá en tu casa incrementarán notablemente su calidad de vida –y la tuya-.

No obstante, debes seguir una serie de recomendaciones para que el animal se adapte a tu hogar lo mejor posible. Especialmente si es adulto.

Lo normal es que esté asustado y desconfíe de las personas, sobre todo si ha sufrido malos tratos. Estos traumas pueden derivar en una conducta agresiva.

Visita al veterinario

Si vas a adoptar un gato callejero, lo primero que debes hacer es llevarlo a veterinario. Pero antes debes tranquilizarlo… y recogerlo.

Utiliza una entonación sosegada y algo de comida para que se acerque a ti. Si es necesario, pide ayuda a una protectora de animales. Después, intenta que entre en un trasportín, puesto que no va a dejar que lo cojas en brazos.

Una vez en la consulta, el veterinario debe comprobar si tiene alguna enfermedad o está herido. En la calle ha estado expuesto a golpes, peleas, comida en mal estado, repelentes,… Así que podría padecer alguna patología grave.

También es necesario desparasitarlo, ponerle las vacunas e identificarlo con un microchip. Otra recomendación es esterilizarlo. Ten en cuenta que está acostumbrado a buscar pareja durante la época de celo. Y puedes escaparse.

La llegada a casa

Al adoptar un gato callejero, su primer contacto con la casa es muy importante. Cuando llegue, debes abrirle todas las puertas y permitir que explore las habitaciones. Déjale que deambule, olisquee e investigue a su aire.

Si tiene miedo y se esconde debajo de un mueble, no lo fuerces para que salga. Pasa por su lado con frecuencia y dile alguna palabra cariñosa, hasta que se sienta confiado.

Ponle cerca un cuenco con agua, comida y el arenero, y mantén la habitación elegida por tu amigo abierta. También puedes dejarle algún juguete.

Al principio es mejor ponerle comida húmeda. Su olor es más intenso y apetecible y le llamará más la atención.

Respecto a los juguetes, un gato callejero tiene un instinto cazador muy desarrollado. Compra objetos que le ayuden a ejercitarse y a canalizar su energía. Gracias a ellos, tu nueva mascota estará más feliz y reforzarás su vínculo con él.

Cuando pasen unos días y el gato compruebe que no hay peligro, se relajará y saldrá de su escondite. Es el momento de sacar sus enseres de ese cuarto y colocarlos en su ubicación definitiva. Esto le ayudará a explorar, poco a poco, la casa –puede que lo haga cuando el piso esté vacío-.

Otro animal en casa

Adoptar un gato callejero puede ser un proceso complicado si ya hay otra mascota en casa. Si éste es tu caso, lleva a tu nuevo amigo a casa en un trasportín.

Antes de sacarlo, espera a que ambos animales se olisqueen y descubran, y observa su comportamiento. Si se produce una aceptación positiva, puedes soltar al gato y dejar que se acerquen sin barrera. Aunque vigilando siempre su conducta.

De no ser así, no fuerces la situación. Separa a ambas mascotas y repite el procedimiento varias veces al día.