¿Estás viendo la tele en el sofá, con tu buen amigo, y notas un olor desagradable? Los gases en perros se manifiestas igual que en los humanos: en ocasiones de manera sigilosa y en otras… evidente. Aunque en general suelen ser leves, también pueden indicar problemas más serios. Y en el peor de los casos nuestra mascota puede morir por una torsión de estómago.

Los gases en perros pueden deberse a varias causas relacionadas con lo que comen, cómo lo hacen, enfermedades y estilo de vida. Vamos a repasarlas y a ver algunos remedios.

Gases en perros por la alimentación

¿Te sientan bien las legumbres? ¿Y la fibra? Pues a tu mascota le sucede lo mismo. Hay alimentos cuyas digestiones son más lentas y pesadas. Esto hace que permanezcan más tiempo en el intestino, lo que origina los gases.

También pueden producirse gases en perros que son intolerantes a ciertos alimentos que, sencillamente, no les sientan bien. Esto les provoca una producción excesiva de flatulencias, dolores y torsión de estómago en casos extremos.

El problema se puede agudizar si cambiamos la dieta de nuestro amigo –en vacaciones, por ejemplo, cuando no encontramos su pienso habitual-. Y la nueva tiene una concentración mayor de dicho componente. Otro factor a tener en cuenta es que las croquetas para perros tienen aire dentro, por su proceso de fabricación.

Comer demasiado rápido

Los gases en perros se producen o agudizan cuando el animal come demasiado deprisa. Al hacerlo, no mastican bien y tragan gran cantidad aire. Este problema es más habitual en perros muy jóvenes, que son más ansiosos, y en los perros braquicéfalos (chatos). Estos últimos tiene mala mordida y no mastican bien la comida.

Para prevenir los gases, en el primer caso, elimina de la dieta de tu amigo los alimentos difíciles de digerir: judías, lácteos,… Después, cambia su pienso a otro de alta gama, que se digiere mejor. Prueba durante 3 o 4 semanas, para ver qué tal le sienta. Y no le ofrezcas sobras de tu comida, especialmente productos procesados.

Para los perros ansiosos existen comederos especiales, con huecos que le impedirán que tome demasiada cantidad. Para los gases en perros braquicéfalos, hay piensos especiales para ellos. Están concebidos para obligarlos a masticar la comida durante más tiempo e impedir que traguen aire.

Enfermedades y estilo de vida

Los gases en perros de edad avanzada también son muy comunes. Estos animales sufren dolencias cardíacas y respiratorias que provocan flatulencias. Otras enfermedades que producen gases son la pancreatitis y los trastornos digestivos. En esta situación, el veterinario es quien mejor nos puede orientar y ayudar.

Por otro lado, si el perro es mayor, puede llevar una vida más sedentaria: un nuevo factor de riesgo frente a los gases. Por este motivo es recomendable incrementar la actividad física, si bien nunca antes o después de comer.

Otro factor desencadenante son las lombrices, el parásito más común en los perros y que nuestro amigo tendrá una o varias veces en su vida. Alojadas en su sistema digestivo, generan gran cantidad de gases. Si nuestro amigo arrastra el culo por el suelo o encontramos gusanos en sus excrementos, estará infectado y tendremos que ir al veterinario. Una pastilla antiparásitos nos ayudará a prevenir el problema.

Síntomas de gases en perros

Como quien mejor conoce a nuestro amigo somos nosotros, enseguida detectaremos si está más decaído o sin apetito: síntomas de que puede tener gases.

Los perros con molestias también intentan aliviarlas apoyándose en el suelo, para sentir frío en el abdomen. O se tumban apoyando las patas delanteras y levantando los cuartos traseros.

En función de la gravedad, tu mascota también puede padecer vómitos, diarrea o pérdida de peso, que requieren la intervención del veterinario.

Si le duele el estómago, puede comer hierba para reducir el dolor o provocarse el vómito. Pero esto solo agudizará el problema, ya que provoca más gases y dolor.